Encuentra hoteles baratos e increíbles en Lisboa, Portugal. Busca y compara los precios de ofertas de alojamiento y encuentra tarifas muy bajas con trivago
Lisboa: sentimientos a flor de piel
Lisboa, la capital de Portugal, es una ciudad volcada al mar y un lugar lleno de historia, monumentos y tradición que ha sabido conseguir la mezcla perfecta entre pasado, presente y futuro. En Lisboa los sentimientos afloran paseando por sus calles empedradas y dejándose embriagar por esa expresión musical melancólica y tan personal que la caracteriza: el Fado.
Donde renace el amor
Recorre los distintos barrios de Lisboa y déjate enamorar por cada uno de ellos. Puedes empezar por uno de los más céntricos, la Baixa, reconstruido después del terremoto que asoló el centro en el año 1775. En los alrededores de la Avenida da Liberdade, una de las principales arterias de la Baixa, hay alojamientos para todos los gustos: desde hoteles baratos como el Safira, hasta hoteles de lujo como el Altis Avenida. Dando un paseo por esta avenida flanqueada por elegantes edificios del siglo XIX y embellecida con aceras cubiertas de mosaicos en blanco y negro , se llega hasta la Praça dos Restauradores y la Praça de Dom Pedro IV, dos de las plazas más concurridas del centro. También en Baixa está el famoso elevador de Santa Justa, un ascensor de 45 metros de altura que conecta la parte baja de la ciudad con el Bairro Alto. Y no te olvides de pasar por la Confeitaria Nacional y probar alguna especialidad de la repostería tradicional, como el bolinho de ovo, servida con una buena taza de café.
Los barrios más bohemios y elegantes son Chiado y Bairro Alto , llenos de restaurantes y locales como la cafetería A Brasileira, famosa por su selección de cafés, su decoración interior y la estatua dedicada al más ilustre escritor lisboeta, Fernando Pessoa, situada en el exterior. La oferta de alojamiento es amplia, incluyendo hoteles exclusivos como el Hotel do Chiado y su preciosa cafetería con vistas en el último piso. Además, con una amplia selección de tiendas de todas las marcas situadas en los edificios históricos, esta es la zona más indicada de la capital portuguesa para pasar una tarde de compras en busca de las mejores ofertas.
Si lo que buscas es la Lisboa más antigua y tradicional, tendrás que dirigirte al barrio de Alfama, repleto de restaurantes en los que cenar mientras se escucha una actuación de Fado en directo. No olvides reservar una mesa con antelación, ya que suelen estar muy solicitados y una vez que el restaurante está completo, se cierran las puertas para que los comensales disfruten tranquilamente del espectáculo y la cena. Prepárate para disfrutar del pescado y el marisco más frescos, con el bacalao como plato estrella, y bebidas como el vinho verde o la ginjinha (un licor de cerezas). Pero no todo está perdido si no se consigue una reserva, pues hay locales más pequeños que abren las puertas tras la cena para aquellos que deseen deleitarse con las voces de los fadistas mientras se toman una copa. Este es el barrio adecuado para encontrar un hotel más romántico e íntimo, como el Dom Afonso Henriques.
Otro barrio imprescindible en cualquier visita a Lisboa es Belém, donde te esperan algunos de los monumentos más famosos de la ciudad: el monasterio de los Jerónimos, el Padrão dos Descobrimentos o la Torre de Belém, muy próxima a la desembocadura del Tajo. Tampoco se debe dejar pasar la oportunidad de probar uno de los postres más famosos de esta zona, los pastéis de Belém o pasteles de Belém, unos pastelitos de nata cuya receta original se mantiene en secreto y que se llevan sirviendo desde el año 1837 en la Antiga Confeitaria de Belém, justo al lado del monasterio.
Y por si fuera poco, Lisboa tiene, además, varios miradores construidos en las colinas sobre las que se asienta y desde los que puedes observar la ciudad a tus pies mientras disfrutas de un café, un refresco o una copa. Portas do Sol, Santa Luzia, São Jorge, Graça o São Pedro de Alcântara son algunos de los más famosos. Cualquier momento del día es bueno para acercarse a uno de estos miradouros, pero sin duda nadie debería perderse el espectáculo de contemplar cómo los tejados de Lisboa y las aguas del Tajo se tiñen de naranja al ponerse el sol.
Naturaleza, palacios de cuento y playas de ensueño
A pocos kilómetros del centro de Lisboa se pueden realizar varias excursiones muy recomendables. Una de las más comunes es la que incluye Sintra, una pequeña localidad declarada Patrimonio de la Humanidad en 1995 y enclavada en medio de un parque natural con edificios tan impresionantes y enigmáticos como el Palácio Nacional da Pena o la Quinta da Regaleira.
Si lo que necesitas es relajarte cerca del mar, puedes combinar la visita a Sintra con las ciudades costeras de Cascais y Estoril, el Cabo da Roca (el punto más occidental de Europa) o una de las extensas playas de arena fina que hay entre la Costa da Caparica, al sur de Lisboa, y Carcavelos, al norte.
La tradición y la modernidad no están reñidas
No todo en Lisboa es historia. Más allá de las callejuelas del centro te espera una Lisboa moderna, con distritos de negocios e inmensos centros comerciales de última generación , como el centro comercial Colombo. Pero si hay que hablar de la Lisboa más vanguardista, no se puede pasar por alto el Parque das Nações, un área que desde la celebración de la Expo 98 se ha ido transformando en una zona dinámica y moderna reconocible por sus edificios de arquitectura contemporánea, el Oceanário, el centro comercial Vasco da Gama y la impresionante Estação do Oriente, una de las principales estaciones de tren de Lisboa.
¿Y por la noche? Cuando cae el sol, las calles del Bairro Alto se llenan lisboetas y turistas con ganas de pasarlo bien. Se puede cenar barato en un restaurante típico portugués y acabar la noche bailando, tomando una copa o disfrutando de las vistas de la ciudad iluminada desde un mirador.
Por tierra, aire y mar
La forma más rápida y cómoda de llegar a Lisboa es en avión, a través del aeropuerto de Portela, que está comunicado con el centro por taxi, autobús urbano, aerobús y metro. Quien prefiera llegar por tierra, puede hacerlo en autobús o en tren, ya que la estación internacional de trenes de Santa Apolónia conecta algunas de las principales ciudades de Europa con el centro de la capital de Portugal.
Una vez dentro de la ciudad, hay opciones de transporte para todos los gustos: taxi, autobús, metro, ferry, elevadores y tranvía, aunque tal vez este último sea el medio más interesante para conocer el casco antiguo desde otra perspectiva. ¿Te imaginas recorrer las calles en un tranvía histórico? Con la línea 28 puedes hacerlo y sentirte transportado a una Lisboa de fotos en blanco y negro.